Explorando el pulso de la diaspora y la pista de baile con “Reasons”, “Mon Chéri” and “Walls”.

Dumomi The Jig llega con una energía que fluye en doble dirección: el beat lo arrastra al club y al mismo tiempo lo conecta con raíces que no se olvidan. Artista nigeriano-británico establecido en Londres pero con el alma de Lagos, su trabajo reciente traza líneas claras entre lo afro-beat, lo alté y el pop urbano contemporáneo.

Con “Reasons” (junto a Muffeen) abre un diálogo: sintetizadores que se deslizan como neón en la noche africana, percusiones con swing pero sin estridencia, y una voz que recuerda que la búsqueda (las razones) siempre tiene ritmo. Aquí el pulso es firme, el mensaje: la pregunta se convierte en danza.

En “Mon Chéri”, Dumomi dobla el canto de la invitación: coqueteo, elegancia y un lirismo que se queda. Los acordes de guitarra eléctrica ligera rozan el alt-pop, mientras la base rítmica mantiene la tensión africana, esa que hace que el cuerpo responda sin pensarlo. Se siente íntimo y expansivo al mismo tiempo.

Finalmente, en “Walls”, la canción toma la forma de confesión nocturna: percusiones minimalistas, ambiente contemplativo, y una voz que se abre camino por muros interiores. No es una pista para fiestas; es para después de la pista, cuando volvemos en metro, cuando el volumen ya bajó pero la sensación persiste.

El hilo que une estos tres temas es sutil: en cada uno, Dumomi no olvida de dónde viene, pero no se queda allí. Su música es puente. Es la arquitectura pensada no solo para sostener, sino para atravesar. Entre teclado, caja de ritmos y la vibración de las raíces, emerge un espacio donde la identidad no queda atrapada en el pasado, sino que se proyecta hacia el futuro.

Si buscas un artista que no se conforme con caer en géneros previsibles, sino que los cuestione y reconfigure, Dumomi The Jig está construyendo su versión de ese mapa. Y en su trazo se ve claro: latido, movimiento y la invitación a que te unas al grid.